Breve historia de la Casa Milà

A principios del siglo XX, comenzó en España el desarrollo y avance hacia nueva era para las grandes ciudades. En el caso concreto de Barcelona, en 1900 arrancó en el Passeig de Gràcia la construcción de edificios que acabarían marcando para siempre su identidad. Si quieres conocer más sobre cómo la avenida más importante de la ciudad ha llegado a adquirir tal entidad, entonces tienes que conocer la historia de la Casa Milà, una impresionante edificación construida para ser una casa familiar, y que hoy en día es uno de los mayores atractivos turísticos de Barcelona.

Historia de la Casa Milà o Pedrera
Patio interior de la Casa Milà

La última obra civil de Gaudí

Seguro que sabes que existe una estrecha relación entre Gaudí, uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, y Barcelona. Durante su exitosa carrera dirigió proyectos como el del Park Güell, la Sagrada Familia o la Casa Batlló, entre otros.

La historia de la Casa Milà, también conocida como La Pedrera (porque su aspecto exterior nos recuerda en cierto modo a una cantera), seguramente habría sido muy diferente si Pere Milà y Roser Segimon no hubieran contactado con el arquitecto de Reus para encargarle la remodelación de una torre con jardín que habían adquirido en el nº92 del Paseo de Gracia. Su intención era contar con una residencia para ellos, y utilizar el resto del edificio como casa de huéspedes. De esta forma, entre 1906 y 1912, Gaudí trabajó en la que sería su última obra civil.

Una construcción no exenta de problemas

En la actualidad observamos La Pedrera con admiración, pero lo que quizá no alcances a imaginar es que levantar esta obra de arte arquitectónica no fue nada fácil. Gaudí quería crear un edificio con espacios grandes y luminosos y, para lograrlo, modificó varias veces su proyecto original. Esto le llevó a rebasar el presupuesto y a saltarse la normativa municipal, con pilares que invadían indebidamente la calle y unas dimensiones superiores a las previstas en un primer momento.

Breve historia de la Casa Milà
Detalle de la fachada de la Casa Milà

A pesar de ello, la singularidad del edificio consiguió que se superasen los impedimentos administrativos. Al final, la familia Milà pagó una multa para legalizar la edificación y la Comisión del Eixample certificó el carácter monumental del edificio, de manera que este no tenía que ajustarse de forma estricta a la normativa.

La solución al conflicto entre Gaudí y los Milà no fue tan sencilla: acabaron en los tribunales, que fallaron a favor del arquitecto, y los propietarios tuvieron que hipotecar La Pedrera para poder pagarle.

De la burla a la admiración

En 1911 la familia Milà se trasladó a vivir a su nueva casa, aunque Gaudí no certificó el fin de la obra hasta 1912.

Desde el primer momento, la singularidad del edificio se convirtió en la comidilla de los barceloneses. Para muchos de ellos, sus peculiares formas onduladas eran motivo de burla, como también lo fueron los conflictos entre el arquitecto y los propietarios de la finca. De hecho, en las revistas satíricas de la época hubo numerosas alusiones a este tema.

Pero esto no fue obstáculo para que la pensión empezara a funcionar. Por sus instalaciones pasaron personalidades como el cónsul de Argentina, la familia Abadal y hasta un príncipe egipcio. Fue en 1929 cuando se instaló la primera tienda en la planta baja del edificio, la sastrería Mosella.

En 1936 la historia de la Casa Milà dio un giro radical. Fue confiscada por el Partido Socialista Unificado de Cataluña y durante la Guerra Civil operó como sede de la Consejería de Economía y Agricultura.

Historia de la Pedrera
Azotea de la Pedrera

En 1946, Rosario Segimon, que ya llevaba varios años viuda, decidió vender el edificio, aunque continuó viviendo allí hasta su muerte en 1964. Los nuevos propietarios construyeron más apartamentos, aprovechando el espacio del desván, y transformaron el que había sido el piso principal en cuatro grandes pisos. Esto modificó el edificio por dentro, pero no por fuera.

Así, en 1962, La Pedrera pasó a formar parte del Catálogo del Patrimonio Artístico de Barcelona. En 1969 fue inscrita como Monumento histórico-artístico de interés nacional, y en 1984 la UNESCO la declaró Patrimonio Mundial junto a otras seis obras de Gaudí.

En 1986, la Casa Milà pasó a manos del Ayuntamiento de Barcelona y comenzó la remodelación para convertirla en un centro cultural abierto a las visitas. Las obras de adaptación se prolongaron durante los años 90, dando como resultado un enclave del que todos podemos disfrutar.

Ahora que ya conoces la historia de la Casa Milà, te animaos a visitarla para descubrir todos y cada uno de sus secretos y sorprenderte con su fascinante arquitectura.

foto-pau-soler-autor-gaudi-en-barcelona
Sobre el autor

Pau Soler, criado en el barrio de Gràcia (Barcelona), es un apasionado de la obra de Gaudí. Desde hace años compagina su carrera como corrector de textos con trabajos de divulgación cultural en diferentes medios online.

contacto@gaudienbarcelona.com