La esencia de Antoni Gaudí inunda Barcelona a través de su obra, pero hay un rincón que llama poderosamente la atención de todos los visitantes y que es, además, uno de los puntos de encuentro predilectos de los habitantes de la Ciudad Condal. En este artículo te invitamos a conocer, a grandes rasgos, la historia del Park Güell; un curioso espacio al aire libre que tiene ya más de un siglo, y que ha recibido un importante reconocimiento a nivel nacional e internacional. De hecho, desde 1984, forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

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Un proyecto de ciudad-jardín frustrado
La relación de mecenazgo entre el aristócrata Eusebi Güell y Gaudí se extendió a lo largo de varios años. Antes de recibir el encargo de lo que luego sería el parque, el arquitecto ya había trabajado para Güell en otros importantes proyectos como El Capricho, el Palau Güell y la Finca Güell.
En 1895 Eusebi Güell adquirió una parcela rural en la zona del Turó del Carmel, con el objetivo de construir allí una ciudad-jardín como las que había visto en Inglaterra. Se trataba de crear una urbanización destinada a las familias acomodadas, donde las casas y los espacios naturales se combinaran de la mejor manera posible.
Por las particularidades de la finca, la construcción debía someterse a ciertas limitaciones técnicas. De esta forma, ninguna vivienda podía obstaculizar a otra el sol o las vistas al mar. Los trabajos comenzaron en 1900, y en los siguientes años se levantaron allí diferentes elementos arquitectónicos como su famoso banco cerámico, y también varias casas. El propio Antoni Gaudí se trasladó a vivir allí en 1906.
Sin embargo, el proyecto nunca llegó a alcanzar el éxito. La zona en la que se ubicaba era de difícil acceso, las condiciones de venta de las parcelas estaban sujetas a medidas legales complejas, y la urbanización era demasiado exclusiva. En 1914 solo se habían construido dos de las 60 casas que estaba previsto erigir, y se optó por abandonar el proyecto.
La historia del Park Güell como espacio público
Tras el fallecimiento en 1918 de Eusebi Güell, sus herederos ofrecieron los terrenos al ayuntamiento de Barcelona, que acordó su compra en mayo de 1922. Aunque nunca se llegó a edificar todo lo que estaba previsto, Gaudí sí había avanzado mucho en el desarrollo de zona ajardinada. Había respetado la vegetación natural del entorno, se encargó de introducir nuevas especies de plantas mediterráneas, y levantó importantes estructuras arquitectónicas como la plaza central y el banco cerámico.

El ayuntamiento decidió aprovechar estos elementos y convertir ese enclave en un parque municipal, forma en la que ha estado funcionando desde 1926. La casa de Güell se rehabilitó como escuela pública y la de Gaudí se convertiría en un museo dedicado al arquitecto (pero esto fue mucho más tarde, en 1963).
Los elementos más destacados del Park Güell
Este parque público cuenta con diferentes espacios emblemáticos reconocidos a nivel mundial por su alto valor arquitectónico y por ser uno de los máximos referentes de las obras de Gaudí en Barcelona.
En la entrada principal llaman la atención los dos pabellones de formas redondeadas llenos de colores; construcciones que reflejan la esencia más pura del trabajo de Gaudí. Desde allí se accede a la escalinata del Drac, donde se ubica la famosa salamandra (a la que algunos llaman lagarto o lagartija).
Subiendo por ella puedes llegar hasta la Sala Hipòstila, en la que debería haber un mercado, según el proyecto original. Aunque el mercado nunca se llegó a construir, la Sala es ahora un rincón de visita obligada, formada por 86 columnas de estilo dórico.

Desde allí puedes observar ya la plaça de la Natura (o Teatre Grec), y muy cerca tienes el famoso banco de trencadís, que delimita el perímetro a lo largo de 150 metros de longitud. Una obra que le debemos a Josep Maria Jujol, colaborador de Gaudí.
Junto a los elementos arquitectónicos también hay que destacar la biodiversidad de la zona y el trabajo de paisajismo llevado a cabo. Las plantas y la arquitectura crean una simbiosis perfecta, que hacen del parque un entorno ideal para disfrutar al aire libre.
Si conocer la historia del Park Güell te ha parecido interesante, no dudes en hacer una visita a uno de los parques más famosos del mundo. En cada rincón encontrarás un nuevo elemento con el que sorprenderte.
